Llegamos a las 6 de la mañana hora local. El vuelo al final duró doce horas justas que yo me pase leyendo y dormitando. Porque. !Oh! !Desgraciada de mi! Dí por sentado que enchufando el disco duró al tablet iba a poder disfrutar de las pelis que me había preparado y resulta que no me había provisto del accesorio para usb que el señor Samsung ha pensado para incentivar el consumo y salir él de la crisis.
Tuve suerte porque él avión no iba lleno y encontré tres asientos libres en los que me pude arrebujar e ir un poco estirada. Suerte que me permitió huir del único bebé llorón y padres nerviosos que había en todo él avión. Y que me habían tocado al lado, bourrg!
Él aeropuerto Narita estaba vacío y no esperamos nada en los pasaportes, serios pero amables. Mientras salían las maletas me fui al baño y allí me encontré con las tazas de water futuristas: él asiento está calentito, le puedes poder música y además tienes varios chorrillos a elegir, tipo popó, tipo bidet... Bueno pues limpia y despejada, me dirigí a por la maleta que ya me estaba esperando.
Salí y encontré con los autobuses y una japonesita con muy buen inglés me atendió a la perfección y esperando fue cuando me encontré un punto de wifi gratuito.
Al subir al autobús te facturan las maletas que cargan para que no haya problemas.
Por lo que he visto hay muchos trabajos de ese tipo, maleteros y demás que en España han desaparecido.
Tuve suerte porque él avión no iba lleno y encontré tres asientos libres en los que me pude arrebujar e ir un poco estirada. Suerte que me permitió huir del único bebé llorón y padres nerviosos que había en todo él avión. Y que me habían tocado al lado, bourrg!
Él aeropuerto Narita estaba vacío y no esperamos nada en los pasaportes, serios pero amables. Mientras salían las maletas me fui al baño y allí me encontré con las tazas de water futuristas: él asiento está calentito, le puedes poder música y además tienes varios chorrillos a elegir, tipo popó, tipo bidet... Bueno pues limpia y despejada, me dirigí a por la maleta que ya me estaba esperando.
Salí y encontré con los autobuses y una japonesita con muy buen inglés me atendió a la perfección y esperando fue cuando me encontré un punto de wifi gratuito.
Al subir al autobús te facturan las maletas que cargan para que no haya problemas.
Por lo que he visto hay muchos trabajos de ese tipo, maleteros y demás que en España han desaparecido.
Jajajaja que curiosad lo de las tazas del water!!! Y lo del USB en las tabletas es así, pero en Japón seguro que encuentras accesorios y muchísimo mas baratos que en España. Estamos esperando a la próxima entrada de tu blog ya!!!!
ResponderEliminar¡Es verdad! Lo de los chorretes ya lo contaba mi hermano cuando fué hace más de 10 años. Son limpicos de costumbre, a mí me parece perfecto. Un pais muy tecnológico pero no han hecho desaparecer esos empleos que dices. Se me vienen a la cabeza las cajas rápidas de los supermercados. En Europa la tecnología sirve para nosotros trabajemos más y el empresario gane más ahorrándose algún que otro salario. ¿Será cuestión de cultura? Veremos con lo que nos vayas contando. ¡No dejes de contarnos que tal por las montañitas! Pásalo genial.
ResponderEliminarBien, Fátima bloguera!!!!!! Me parece super interesante todo lo que cuentas, esto del blog va a ser como viajar un poco también los demás a Japón contigo.
ResponderEliminarAy Fa! Tú inspeccionando esos urinarios tan sofisticados y nosotros muriéndonos de envidia por los maleteros y esa "japonesita" (¿japonesita=japonesa+pequeña?, ¿japonesita=pequeña+guapa?, ¿japonesita=dulce+guapa?). Reconozco que cuando pienso en laa "japonesita" no puedo dejar de imaginarme a Leticia...
ResponderEliminarAprovecha tu viaje y disfruta de el Japón más tecnológico y desarrollado mientras nosotros esperamos ansiosos tus noticias en esta España embarrada pero con un presidente que nos muestra su nuevo y precioso tinte de pelo... Muchos y occidentales besos!
Japonesita: pequeña, etérea, dulce y muy servicial aunque desde el recato. Todo un arte!
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